21/1/17

EL SIMBOLO DE MADRID CUMPLE 50 AÑOS




Bodas de Oro de la escultura del Oso y el Madroño

       


          La estatua del Oso y el Madroño, realizada en bronce por el escultor alicantino Antonio Navarro Santafé, se instaló en la Puerta del Sol el día 20 de enero de 1967. Pesa aproximadamente 20 toneladas, mide 4 m de altura y costó 200.000 pesetas de aquella época. Descansa sobre un pedestal cúbico escalonado, hecho en granito. Ayer, 20 de enero de 2017, cumplió sus primeros 50 años. Representa los símbolos heráldicos de Madrid: un madroño sinople frutado de gules, sobre el que se empina un oso.

            En un principio, Madrid sólo tuvo como símbolo a un oso pasante. Posteriormente, y según la tradición, desde el siglo XIII,  se sustituyó el oso pasante por un madroño y un oso empinado que dirige sus fauces hacia uno de los frutos. Este cambio se debió a la resolución adoptada en el largo pleito que enfrentó a la Villa con el Cabildo de Curas y Beneficiados de Madrid sobre la propiedad de los pastos y arboledas. Así, se acordó que los pastos pasaran a propiedad del Cabildo y los árboles al Concejo madrileño. Desde ese momento, el Cabildo usó en su escudo el oso pasante, mientras que la Villa adoptó para el suyo el oso erguido y el madroño, enseña que venía a simbolizar que los árboles eran propiedad de la Villa.
           
            La escultura siempre ha estado en la Puerta del Sol, aunque con dos ubicaciones diferentes dentro de la plaza. Hasta 1986 estuvo situada en el lado oriental de la misma, en las inmediaciones del edificio que se levanta entre la calle de Alcalá y la Carrera de san Jerónimo. En ese año fue trasladada al inicio de la calle del Carmen, en el contexto de las obras de reforma y remodelación de la plaza  impulsadas por el alcalde Enrique Tierno Galván. En septiembre de 2009, con la renovación integral de la plaza promovida por Alberto Ruiz-Gallardón, ha vuelto a su emplazamiento original.
           
            El artista se inspiró en un oso pardo macho de la Casa de Fieras del Retiro capturado en los Picos de Europa, y lo llamó Felipe. Aunque el oso de la estatua no tiene atributos masculinos, se dice que están ocultos por el frondoso pelo.
           
            En la época medieval. Era frecuente asociar ciudades a animales y puede que hubiera osos en la Sierra de Madrid. Además, también puede tener relación con la constelación de la Osa Mayor, que tiene siete estrellas, como los siete picos de la sierra de Guadarrama y de ahí las siete estrellas de la bandera de la Comunidad de Madrid. Respecto al madroño, es un arbusto mediterráneo que puede que ocupase el lugar que hoy ocupan los pinos en la Casa de Campo. Dejando a un lado todas estas conjeturas, auguramos al símbolo madrileño una larga existencia presidiendo la vida de la Ciudad.


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