Origen de la Rosca de Reyes
Después de que los Reyes adoraron a Jesús, un ángel les
avisó que no regresaran donde Herodes y ellos regresaron por otro camino.
Herodes al enterarse que había nacido el Rey que todos esperaban, tuvo miedo de
perder su puesto y ordenó matar a todos los niños menores de dos años entre los
cuales se encontraría dicho Rey.
La Sagrada Familia
huyó a Egipto y el niño Dios se salvó, otras familias escondieron a los bebés
en tinajas de harina y así no fueron vistos y salvaron sus vidas. Desde
entonces, los judíos comían pan ázimo el 6 de enero en el que escondían un
muñeco de barro recordando este acontecimiento.
Los primeros cristianos tomaron un
poco de esta tradición y la mezclaron con la historia de la visita de los Reyes
Magos para la celebración de la
Epifanía: cambiaron el pan ázimo por pan de harina blanca y
levadura, cocida en forma de Rosca, endulzándolo con miel y adornándolo con
frutos del desierto, como higos, dátiles y algunas nueces.
Para los cristianos, la forma circular
de la rosca simboliza el amor eterno de Dios, que no tiene principio ni fin.
Los confites son las distracciones del mundo que nos impiden encontrar a Jesús.
El muñequito escondido dentro de la
rosca, simboliza al Niño Jesús que los reyes no encontraban porque la estrella
desaparecía.
Esta costumbre de los cristianos de
Palestina llegó a Europa y posteriormente a América.
En México, el que encuentra el
muñequito de la rosca se convierte en el centro de la fiesta: se le pone una
corona hecha de cartón y cubierta de papel dorado y se le da el nombramiento de
“padrino del Niño Jesús”.
El padrino deberá vestir con ropas
nuevas a la imagen del niño Jesús del nacimiento y presentarlo en la Iglesia el día 2 de
Febrero, día de la
Candelaria. Después hará una fiesta con tamales y atole.
Fuente:
Catholic.net
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