MSN Money quiso ayudar a los consumidores en este tema y publica una lista con diez cosas que se quedarán "viejas" durante el 2010. En 10 things not to buy in 2010 habla tanto de productos como de servicios. He aquí la lista de Money:
1.- DVD's: los días en los que vamos a una tienda y compramos o alquilamos una película en DVD están cerca de acabarse. Entre las películas 3D en los cines, la tecnología Blu-Ray e Internet, los DVD tienen todas las de perder.
2.- Telefonía fija: en Estados Unidos más de un 22% de su población tiene teléfono móvil y no fijo. Hace tan sólo tres años este número era del 10%. Quizá tarde más de un año en convertirse en obsoleta, pero la telefonía fija va camino de desaparecer. Otro argumento es el de la consolidación de servicios como Skype que permiten hacer llamadas a través de Internet.
3.- Disco duro externo: los amplios espacios de disco duro virtual, las cada vez mejores velocidades de conexión a Internet y la tendencia de acceder a los contenidos más que poseerlos parece que terminará por dejar inútiles los discos duros externos.
4.-Teléfonos móviles tradicionales: los 'smartphones' como el iPhone triunfan y parece que se impondrán. Desde que Apple lanzó este gadget los móviles no son lo mismo. Ya no se trata de hacer llamadas, sino de tener todo un centro de entretenimiento e información en una pequeña pantalla táctil.
5.- Cámaras digitales compactas: aunque estás seguirán teniendo su importancia por su pequeño tamaño, las cámaras réflex de un solo lente parecen ganar terreno. El escollo es el precio, aunque lleva varios años bajando.
6.-Suscripción a prensa: la prensa está en crisis y muchos diarios en papel han desparecido o se han visto muy afectados. Los modelos de negocio tradicionales se tambalean y toda la industria mira hacia los nuevos soportes como el Kindle o el iPad.
7.-CD's: la industria de la música ya está en una transición más que necesaria. ¿Qué es más fácil ir a una tienda física y comprar un CD para escuchar 10 canciones o comprar las canciones que tu quieras desde tu ordenador para tenerlas en tu iPod? Sin hablar de acceder a toda la música gratis a cambio de publicidad como el modelo Spotify. El CD parece estar condenado.
8.- Nuevos libros de texto: aunque tardarán en llegar a España, los libros electrónicos nos invadirán dentro de muy poco. Los lectores como el Kindle ya han dado el primer paso y los resultados han sido impresionantes.
9.-Coches de gasolina: este cambio tampoco será fácil ni tan rápido, pero se cree que lo coches de gasolina no tardarán más de 10 años en desaparecer. El barril de petróleo está doblando su precio año a año. Mientras los precios de los coches eléctricos caen a medida que crece la demanda.
10.-Casas ineficientes en energía: puede ser algo importante tanto para ahorrar dinero en la factura de la luz como para preservar el medioambiente.
23/4/10
10 Cosas que quedarán obsoletas en 2010
10 cosas que no deberías comprar en 2010 porque se quedarán obsoletas
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2/4/10
Política 2.0 para los tiempos modernos
Política 2.0 contra una clase dirigente acostumbrada a la impunidad
Por su interés y actualidad, merece la pena reseñar el excelente trabajo de Pascual Tamburri Bariain publicado en El Semanal Digital del 28.03.2010, a propósito de dos visiones antagónicas de la comunicación de masas. Una, la que ofrece Manuel Castells en su publicación de Alianza Editorial sobre la comunicación y la otra de Humberto Eco en su discurso de investidura como doctor honoris causa por la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla. Este sería el sentido de la comunicación en los tiempos modernos.
La política requiere el apoyo de los ciudadanos. Pero la nueva comunicación hace más difícil que los políticos engañen a la gente. Zapatero sólo entendió la primera parte.
Comunicar -recibir y distribuir información- es la necesidad de todos los poderes, sean o no políticos. La democracia no supone un cambio radical en esa necesidad, salvo por la participación expresa de los ciudadanos en la elección de gobernantes y en la toma de decisiones. Pero en realidad todos los gobernantes han tenido esta necesidad, desde la Edad de Bronce en adelante. La historia de la comunicación política en el siglo XX demuestra que, en realidad, los demócratas llegaron tarde a los grandes cambios de aquel siglo –las masas, la radio, el cine, la televisión- aunque supieron después ser las mejores. Hoy estamos entrando en un nuevo cambio comunicativo, y los políticos se dividen ya abiertamente entre quienes navegan en él y quienes, por la razón que sean, no lo entienden o incluso lo rechazan.
Manuel Castells, que no es sólo periodista sino esencialmente investigador sobre la comunicación, tiene una autoridad ampliamente demostrada tanto en publicaciones como en el asesoramiento a personajes públicos. En este libro, que Alianza presenta en España justamente cuando se avecinan dos años de elecciones muy reñidas en las que todos los candidatos echarán mano si pueden de las últimas novedades, Castells quiere ir más allá. Ya no se trata de acceder a los medios de comunicación, sino de gestionar la imagen del poder en un mundo en el que todos los ciudadanos, o un gran porcentaje de ellos, son creadores, distribuidores y gestores de información.
Internet y los móviles han creado la que Castells llama "autocomunicación de masas", donde el ciudadano ya no es receptor pasivo de imágenes e ideas, y donde el poderoso no puede ya confiar sólo en unos asesores o en un gasto publicitario. Castells analiza los grandes momentos comunicativos de los últimos años, con una introducción progresiva de nuevos medios, desde el atentado del 11 de marzo de 2004 en Madrid, a la misma guerra de Irak, pasando por el movimiento ecologista global contra el cambio climático –del que no importa tanto si existe como si se cree en él-, el control de la información en Rusia y China y el papel de Internet en las campañas electorales. Entre éstas, la de ZP en 2004 y la de Obama en 2008 presumieron de novedosas, pero el escenario de 2011 y 2012 puede hacerlas parecer paleolíticas.
Ecos (nostálgicos) del pasado
El escenario que describe Castells interesa a los políticos, a los profesionales de la comunicación y en general a todos los ciudadanos, capaces hoy más que nunca no sólo de acceder a la información con más libertad sino también de proporcionar ellos mismos información. Antonio José Chinchetru ha despachado con contundencia la nostalgia de Umberto Eco de un mundo ya muerto como "los ecos del pasado". Es así. Desde 1968 los occidentales estábamos acostumbrados a recibir la información dosificada, entendida e interpretada por los comunicadores y los intelectuales, que durante dos generaciones en Europa han sido mayoritariamente progres. Ya no es así. No sólo hay comunicadores e intelectuales de todo tipo, es que los ciudadanos pueden convertirse ellos mismos en informadores e intelectuales, y desde luego pueden elegir libremente dónde formarse e informarse. Eco es un nostálgico del pergamino, lo cual en un docente de su prestigio es al menos una pena.
Eco, "al ser investido doctor honoris causa por la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla", ha defendido que la red ha "fracasado en su intento por ordenar el conocimiento del mundo disponible". Y eso quiere decir sólo que Eco, semiólogo, no ha entendido qué es la comunicación actual, un mundo en el que no hay "un" orden, porque el usuario crea su orden cada vez con más libertad. Es cierto que a mayor cultura más solidez de esa libertad, pero eso no quita razón a Castells ni se la da a Eco. Más bien implica que, si usted quiere hacer un favor a su candidato electoral favorito, debe regalarle el libro de Castells y no El nombre de la Rosa. No al menos hasta que se jubile
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