En Washington, durante los días 20 y 21 de enero. Francisco Ros, secretario de Estado de Telecomunicaciones, encabezó la delegación española en unas reuniones de alto nivel con la Administración de Estados Unidos. En los encuentros participaron dos altos cargos de la Casa Blanca, el director de Comunicaciones y el de Tecnología, así como el presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones de EE UU -FCC, por sus siglas en inglés-, Julius Genachowski; un representante de la Administración Nacional de Telecomunicaciones e Información estadounidense y también de la Cámara de Comercio.
Según fuentes conocedoras del encuentro, las reuniones se plantearon en el marco de la presidencia española de la Unión Europea, con el objetivo de reforzar los contactos y los proyectos entre las tres partes en el ámbito de la tecnología y la sociedad de la información.
Al final, sin embargo, los resultados del encuentro fueron más allá. Según estas mismas fuentes, a los representantes estadounidenses les llamaron la atención los avances españoles en tres temas concretos: los planes de extensión de la banda ancha, la implantación del DNI electrónico y la transición a la televisión digital. Fruto de este interés se ha creado un grupo de trabajo en el que España y Estados Unidos compartirán información sobre estos temas, que se han identificado como "áreas de interés o prioridad común".
En un principio, las reuniones se plantearon con más puntos encima de la mesa. Todos se trataron y se estableció una agenda para sacarlos adelante con diferentes niveles de implicación. Pero fueron esos tres temas los que más llamaron la atención a los representantes estadounidenses, quizá porque España ha demostrado una iniciativa en ellos de la que Estados Unidos puede sacar partido, según estas fuentes.
Y es que, pese al desarrollo del país del otro lado del Atlántico en muchas materias, la extensión de la banda ancha es una asignatura pendiente en Estados Unidos, sobre todo en la vertiente de cobertura. En este punto, en cambio, España ha desarrollado una política que ha permitido que el acceso a internet a alta velocidad llegue a casi todos los puntos del país, gracias a los planes de extensión de la banda ancha auspiciados por el Gobierno.
En el DNI electrónico, Estados Unidos no sólo tiene una asignatura pendiente, sino que parte de cero, y también está teniendo problemas con la transición a la televisión digital.
La colaboración entre España y Estados Unidos en estos tres puntos fue el resultado más destacable de la reunión, pero en el encuentro se trataron los temas más relevantes en materia de telecomunicaciones y tecnología. Encima de la mesa se puso el debate sobre la colaboración entre Estados Unidos y la Unión Europea en sociedad de la información en el marco de la presidencia española, el despliegue y el marco legal de las redes de nueva generación, la neutralidad de la red de internet, la gestión del espectro y la licitación de nuevas bandas para servicios móviles avanzados, la banda ancha como servicio universal, el Gobierno en internet, la ciberseguridad y la protección de la privacidad.
Con los temas identificados, los participantes en la reunión establecieron diferentes niveles de cooperación para trabajar en ellos. En el primer grupo se situaron las áreas de prioridad común -banda ancha, DNI electrónico y televisión digital-. El segundo nivel consistirá en una diálogo sobre los aspectos que se han definido como "temas estratégicos que podrían ser abordados sobre una base común", como la neutralidad de la red, las redes de nueva generación, la gestión del espectro y el gobierno de internet. En un tercer nivel estaría la ciberseguridad o la sanidad en red, para los que se ha establecido "un conjunto de principios y líneas de actuación sobre los que establecer sinergias y esfuerzos comunes a corto y medio plazo".
Para seguir el desarrollo de estas materias se ha acordado la creación de un grupo de trabajo entre Estados Unidos y España, que iniciará conversaciones para establecer qué proyectos incluir en cada uno de los niveles. Por parte estadounidense, la FCC y las Direcciones de Comunicaciones y Tecnología de la Casa Blanca son los departamentos que van a formar parte del grupo de trabajo. Por parte española, la responsabilidad recae sobre la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones del Ministerio de Industria.